La fiesta transcurre en un fin de semana con actos variados como almuerzos, presentaciones, ensayos y por supuesto, la recreación de la batalla.
A media mañana del sábado, paseando por la calle mayor de la ciudad pudimos encontrar los primeros participantes en la recreación vestidos con sus correspondientes uniformes de época. Minutos después ya en la plaza San Juan se concentraban una veintena de personajes, moros y cristianos, degustando el típico desayuno medieval a base de torradas y embutidos y claro está, un buen vino casero. Los personajes, alegres y entusiasmados de volver a encontrarse reunidos después de la última concentración en navidad, aprovecharon para ponerse al día de noticias, rumores y cotilleos.
Por la tarde, a las puertas de ayuntamiento, tuvo lugar el primer encuentro entre los representantes de las embajadas de dos ejércitos para pactar, sin derramamiento de sangre, la salida de los cristianos de la ciudad (recordemos que este año ganan los moros). Al no llegar a un acuerdo se enfrentaron en una pequeña trifulca sin excesivas bajas y se emplazaron a luchar para día siguiente retirándose ambos ejércitos para reponer fuerzas y descansar.
El domingo por la mañana, al margen de la batalla, pudimos ver la desfilada de las comparsas infantiles desde la capilla del Roser hasta la plaza San Juan amenizadas por las bandas de música medieval que interpretaban marchas moras y cristianas.
A media tarde el turno fue para los mayores. Se concentraron todas las comparsas en la entrada del castillo y fueron descendiendo por las calles más céntricas de la ciudad. Un total de seis comparsas, tres cristianas y tres moras con sus correspondientes grupos musicales. Entre las comparsas se pudieron ver miembros de la política leridana como la teniente alcalde, Dolors Alderiu, el regidor de deportes, Txema Alonso y miembros de la oposición como la portavoz de ERC, Montse Bergés. El ilustrísimo Alcalde de la ciudad Àngel Ros pudo saludar a todas las comparsas a su paso por la puerta del ayuntamiento.
Ya con la caída del sol, se nos emplazaba al castillo de la ciudad, la Seu Vella. A las nueve de la noche tuvieron lugar los parlamentos de Bernat I, Señor d’Anglesola y Yusuf, Cáliz de Madina Larida para dar a conocer al público el contexto y la situación histórica existentes. Los parlamentos derivaron en un enfrentamiento verbal en tono humorístico entre Conde y Cáliz, solicitando la retirada del rival hasta que se desencadena la gran batalla por la posesión de la ciudad. Con la victoria de los musulmanes se tomó la posesión del castillo y se procedió a los discursos del Cáliz. Por último, un gran baile con danzarinas moras concluyó en una gran fiesta.
